RUTA 36. EL SUMO EN JAPÓN, NO TODO ES ORO LO QUE RELUCE.

Saludos viajer@s. Cuando era pequeño, en los salones recreativos el juego estrella era el "Street Fighter 2". En él, uno de los luchadores más peculiares del juego era sin duda Honda, un personaje que basaba sus movimientos en el deporte de contacto más popular en Japón, el sumo. Desde entonces, cuando me hablan de sumo, me viene a la cabeza la imagen de Honda.

Al margen de cómo me va la cabeza, el sumo es un deporte de contacto japonés que empezó siendo más parecido a lo que es hoy en día el judo, con lanzamientos y luxaciones. Poco a poco y unos cuantos de miles de calorías después, evolucionó a lo que es hoy en día, un duelo donde se enfatiza el lanzamiento del rival para sacarlo del "ring" o zona de combate.

Se trata de unos de los deportes más antiguos del mundo, inicialmente practicado por guerreros samurái o rōnin ,con más de 1.500 años de antigüedad. Quizá por ello tiene esa mezcla tan fuerte entre deporte y tradición, lo cuál, como ocurre con muchas tradiciones, empiezan a oler a cerrado.

Y digo esto porque, con motivo del sumo, hoy vengo a criticar a este país tan particular. Para los que no lo sepan, en Japón no se permite a la mujer practicar el sumo a nivel profesional, únicamente se permite a nivel amateur. En todos los deportes de contacto del mundo, incluso en los más violentos, existen competidoras profesionales femeninas, pero no así en el sumo.

La tradición cuenta que la arena de combate es sagrada y la mujer, por tener la menstruación, es impura y no puede tocarla. Sólo puedo decir una cosa ante esto:

De hecho, la situación es tan extrema que en un combate de sumo, uno de los luchadores sufrió una afección cardíaca y, cuando unas mujeres del público corrieron a ayudar, tuvieron que salir corriendo por ordenes gritadas por megafonía... lamentable.

Sí, sé que es una tradición, pero igual que desde el año 2.000 permiten competir a luchadores de Japón con otros países del mundo en esta disciplina, ya va siendo hora de permitir a la mujer que sea profesional del sumo si le apetece.

¡Hasta la próxima!