Saludos viajer@s. Un día de estos, paseando por una montaña, vi a un senderista que llevaba a su hijo a cuestas en una mochila para niños. La verdad es que me parece un buen invento, pues ir con un carrito por caminos de cabras no es muy cómodo. Es ideal para que los más pequeños de la casa puedan disfrutar de la naturaleza junto con sus padres. También os digo que esto vale para los niños de 2 o 3 años, porque me he encontrado a niños de 6 u 8 años caminando y corriendo por las cumbres más altas que os podáis imaginar, ¡los niños de ahora vienen pisando fuerte!
Y después de ver este tipo de cosas, me pongo a pensar si no habrá algo para los "otros hijos" de muchas personas, las mascotas. A ver, no estoy pensando en los perros porque no les hace falta. Sí, ya sé que hay mucha gente que lleva a su perro en brazos, en mochilas, en bolsos y en otros sitios similares. Lo que pasa es que los perros son animales acostumbrados a caminar al aire libre junto con los humanos desde hace 18.000 años. Es ahora cuando nos empeñamos en que no caminen y en llevarlos volando, ¡ellos necesitan caminar, va en su ADN!
Volviendo al tema, hoy hablaremos de los gatos. Por lo general, el gato doméstico no pisa la calle en su vida, pero esto no quiere decir que no pueda hacerlo y que no llegue a disfrutarlo. Para sacar a un gato de casa necesitamos dos cosas:
1.º Tener las vacunas del gato al día. También os digo que aunque el gato no salga nunca de casa, es igualmente necesario que esté vacunado ya que nosotros, en nuestra ropa y zapatos, transportamos virus y bacterias.
2.º Que el carácter del gato lo permita. Hay gatos más sensibles que otros al estrés. Si tu gato se pone muy nervioso con cualquier cosa, no es un buen candidato para dar paseos por la calle. Por el contrario, si tu gato es calmado y curioso, puedes intentar sacarlo de casa.
Es importante que la exposición del gato a los infinitos estímulos del mundo exterior sea progresiva. Una buena manera de empezar a pasear al gato, es haciéndolo en su transportín, de manera que nos aseguremos que el gato está salvo en todo momento y podamos medir sus reacciones.
En relación con lo que os he comentado al principio sobre las mochilas para transportar niños muy pequeños, me he enterado de que hay también mochilas para llevar gatos. Os pongo unos ejemplos.
En este parece que el gato va en un submarino, pero no parece demasiado asustado.
Este modelo me parece más interesante, ya que es más amplio para el felino. Eso sí, la mochila debe pesar una tonelada. Como estés mal de la espalda, al final tendrá que ser el gato el que te lleve a casa.
Este otro modelo, a pesar de ser más transparente, quizás dé mayor inseguridad al gato. De hecho yo a este felino le veo un poco agobiado.
Lo más normal es este tipo de transportín. Podemos posarlo en un lugar tranquilo, lejos de personas u otros animales, y dejar que el gato, previamente atado con correa, curioseé por los alrededores.
Esta forma de llevar al gato ya exige una adaptación previa. Para ello, tenemos que estar seguros de que nuestro felino permanecerá quieto, tanto por su seguridad como por la nuestra. A continuación os dejo un vídeo muy bueno donde un propietario de gatos nos cuenta cómo es capaz de llevarlos consigo por el mundo.
¡Hasta la próxima!
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